PACIENCIA

 Paciencia. Cuento de educación emocional

El viaje de Mateo y la llave de la Paciencia

Había una vez un niño llamado Mateo, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas verdes y ríos cristalinos. Mateo era un niño alegre, curioso y lleno de energía, pero a veces, la vida le presentaba desafíos que le resultaban difíciles de superar…

Un día, Mateo se encontraba emocionado por asistir a la feria anual del pueblo. Había esperado este evento con ansias durante todo el año, y su corazón latía rápidamente de emoción. Sin embargo, justo cuando estaba por salir de casa, su madre le dice que debían esperar un poco más, ya que su abuelo llegaría para acompañarlos.

Mateo no pudo contener su impaciencia. Mientras esperaba, caminaba de un lado a otro, miraba el reloj y preguntaba una y otra vez cuánto tiempo faltaba para que su abuelo llegara. La espera se le hacía eterna, y sus ojos brillantes comenzaron a llenarse de lágrimas.

“¿Por qué tarda tanto?”, se preguntaba Mateo frustrado. Quería disfrutar de la feria y divertirse, pero la impaciencia invadía su corazón.

En ese momento, su madre se acercó y le entregó una pequeña caja de madera. “Esta es la llave de la paciencia, Mateo. Cuando te sientas frustrado o impaciente, tócala con suavidad y cierra los ojos. Te ayudará a encontrar la calma y la paciencia que necesitas”, le dijo con una cálida sonrisa.

Mateo observó la pequeña llave y, aunque dudaba de su poder, decidió probarlo. Siguió el consejo de su madre y tocó la llave con suavidad. Al cerrar los ojos, pudo sentir cómo una sensación de tranquilidad se apoderaba de él.

En ese instante, Mateo se imaginó dentro de un barco, navegando en un vasto océano. Las olas, en lugar de asustarlo, le brindaban un sentimiento de serenidad. Recordó las veces que había visto el mar con su abuelo, quien siempre le hablaba de la importancia de tener paciencia y aprender a esperar.

El barco de Mateo continuó navegando mientras él se sumía en sus pensamientos. Se dio cuenta de que, en la vida, habría momentos en los que tendría que enfrentar situaciones desafiantes y que, aunque la espera fuera difícil, aprender a ser paciente era fundamental para alcanzar sus metas.

Cuando abrió los ojos, Mateo se sintió más tranquilo y preparado para esperar a su abuelo. En lugar de mirar el reloj constantemente, empezó a jugar con su mamá mientras charlaban y reían juntos.

Finalmente, su abuelo llegó, y Mateo lo recibió con una gran sonrisa. Juntos, se dirigieron hacia la feria del pueblo, caminando lentamente y disfrutando de la compañía mutua.

Durante el paseo, Mateo le contó a su abuelo sobre la llave de la paciencia y cómo le había ayudado a controlar su frustración e impaciencia. Su abuelo asintió con sabiduría y le dijo: “La paciencia es una virtud importante, Mateo. Nos enseña a apreciar el proceso y a comprender que las cosas buenas a menudo requieren tiempo”.

En la feria, Mateo descubrió que no tenía que apresurarse para disfrutar de cada atracción. Aprendió a observar detenidamente los juegos, a esperar su turno y a ser consciente de las emociones que experimentaba en cada momento.

Aquella noche, cuando Mateo volvió a casa, agradeció a su madre por la llave de la paciencia y a su abuelo por compartir sus palabras de sabiduría. Comprendió que la frustración era una parte natural de la vida y que aprender a lidiar con ella de manera positiva era un valioso aprendizaje.

Desde aquel día, guardó la llave de la paciencia en un lugar especial. Cuando la vida le presentaba desafíos o momentos de espera, tocaba suavemente la llave y recordaba que la paciencia y la calma lo ayudarían a superar cualquier obstáculo.

Y así, Mateo aprendió que la verdadera magia no estaba solo en las atracciones de una feria, sino en su capacidad para encontrar la paz interior y la paciencia en cada paso de su camino.

AUTORA: V.M.C

¿Qué es la frustración?

La frustración es una emoción que surge cuando nuestros deseos, necesidades o expectativas no se cumplen. En el caso de los niños, esto puede ocurrir cuando no obtienen lo que quieren, cuando enfrentan dificultades para alcanzar una meta o cuando se sienten incapaces de hacer algo. La frustración puede manifestarse de diferentes maneras en los niños, desde rabietas y llanto hasta comportamientos desafiantes o de aislamiento.

A través de historias imaginativas y personajes con los que pueden identificarse, los cuentos le permiten al niño explorar diferentes situaciones y aprender estrategias para afrontar y superar los desafíos.

Identificación emocional: Los cuentos presentan personajes con los que los niños pueden identificarse. Al ver a un personaje enfrentarse a situaciones frustrantes y superarlas, los niños se sienten comprendidos y aprenden que no están solos en sus emociones. Esto les brinda un sentido de validación y les ayuda a comprender que la frustración es una emoción común y parte normal de la vida.

Desarrollo del lenguaje emocional: Los cuentos ofrecen un vocabulario emocional rico y variado. A medida que los niños escuchan y leen historias, aprenden a identificar y expresar sus propias emociones, incluida la frustración. Esto les proporciona las palabras y la capacidad de comunicar lo que están experimentando, lo cual es fundamental para buscar apoyo y comprensión.

Perspectiva externa: A través de los cuentos, los niños pueden observar situaciones desde una perspectiva externa. Esto les permite analizar las acciones y las consecuencias de los personajes y reflexionar sobre cómo podrían abordar situaciones similares en sus propias vidas. Al verse reflejados en los personajes y sus experiencias, los niños pueden adquirir una mayor comprensión de cómo lidiar con la frustración de manera constructiva.

Aprendizaje de estrategias de afrontamiento: Los cuentos a menudo presentan soluciones creativas y estrategias de afrontamiento que los personajes utilizan para superar desafíos y frustraciones. Estas historias brindan a los niños modelos de comportamiento positivos y les enseñan técnicas para manejar la frustración de manera efectiva. Por ejemplo, pueden aprender a buscar apoyo, comunicarse de manera asertiva, buscar alternativas, aprender de los errores y persistir ante las dificultades.

Estimulación de la imaginación y la empatía: Los cuentos fomentan la imaginación y la empatía al transportar a los niños a diferentes mundos y permitirles vivir experiencias a través de los ojos de los personajes. Esto ayuda a desarrollar su capacidad para ponerse en el lugar de los demás y comprender las perspectivas de los demás. Al comprender que los demás también pueden sentir frustración, los niños aprenden a ser más comprensivos y respetuosos con las emociones de los demás.

Momentos de aprendizaje compartidos: Leer cuentos con los niños proporciona un valioso tiempo de conexión y aprendizaje compartido. A través de las historias, los adultos pueden abordar y discutir temas relacionados con la frustración, explorar las emociones de los personajes y dialogar sobre las estrategias de afrontamiento presentadas en la historia. Esto fortalece los vínculos emocionales entre los niños y los adultos, y les permite aprender juntos a enfrentar los desafíos y manejar la frustración de manera constructiva.

El cuento de Mateo y la llave de la paciencia es  una historia de mi autoría , inspirando a otros niños y padres a manejar la frustración de una manera saludable. Mateo se convirtió en un ejemplo de cómo la paciencia puede convertirse en una herramienta poderosa para afrontar las dificultades y encontrar la felicidad en el viaje de la vida.

Psicóloga Vanina Cappa