IMPULSIVIDAD EN LA ADOLESCENCIA

La adolescencia es una etapa de grandes cambios emocionales, sociales y neurológicos. Uno de los desafíos más comunes para madres, padres y cuidadores es la impulsividad en los adolescentes, una característica natural pero que, si no se maneja adecuadamente, puede generar conflictos, frustración y dificultades en las relaciones familiares y escolares.

 ¿Por qué los adolescentes son más impulsivos?

El cerebro adolescente aún está en desarrollo, especialmente la zona prefrontal, responsable del control cognitivo, la planificación y la toma de decisiones. Esta inmadurez neurológica hace que reaccionen más rápidamente ante estímulos sin pensar en las consecuencias. Por eso, necesitan el acompañamiento de adultos que guíen, escuchen y enseñen con empatía.

🔍 Estrategias para trabajar la impulsividad en adolescentes en el entorno familiar

  1. Fomentar la autorreflexión diaria

Ayuda a tu hijo o hija a observarse a sí mismo antes y después de actuar. Preguntas como:

“¿Qué estabas sintiendo en ese momento?”

“¿Qué consecuencias tuvo esa acción?”

“¿Cómo lo harías diferente la próxima vez?”

Estas preguntas promueven el desarrollo de la autoconciencia emocional, clave para controlar los impulsos.

  1. Implementar estrategias de pausa y respiración

La técnica de hacer una pausa es fundamental. Enseñarles a reconocer lo que sienten en su cuerpo cuando se están alterando (sudor, tensión, nerviosismo) puede ayudarlos a frenar antes de actuar. Puedes usar frases como:

“Cuando sientas que vas a explotar, respira profundo tres veces y cuenta hasta cinco antes de hablar o moverte.”

Además, el uso de una agenda personal o calendario contribuye a planificar, anticipar y fortalecer la autodisciplina, reduciendo respuestas impulsivas.

  1. Establecer objetivos claros y realistas

Ayuda a tu adolescente a fijar metas concretas, alcanzables y a dividirlas en pequeños pasos. Esto disminuye la frustración y les permite ver avances progresivos, evitando la necesidad de gratificación inmediata.

Por ejemplo:

En lugar de “Quiero sacar mejores notas”, proponed juntos “Esta semana repasaré 30 minutos al día antes del examen de matemáticas”.

  1. Promover la comunicación abierta y respetuosa

Las preguntas abiertas son una herramienta poderosa. Favorecen el diálogo profundo y ayudan a que los adolescentes se expresen sin miedo a ser juzgados.

Crear un ambiente donde los adolescentes se sientan escuchados sin juicios ni sermones facilita la expresión emocional y disminuye la reactividad. Recuerda: la calidad de tus preguntas mejora la calidad del diálogo.

¿Qué hacer si no quiere hablar de lo que le pasa?

Evita forzar las conversaciones. A veces, estar presente y disponible sin presionar es lo más efectivo. Mantén espacios relajados, como caminatas, comidas juntos o actividades compartidas donde el diálogo fluya de forma natural.

La impulsividad en adolescentes no es un defecto, sino una señal de que su cerebro y su mundo interior están en pleno proceso de transformación. Desde el hogar, con paciencia, empatía y estrategias concretas, es posible guiarles hacia una autorregulación más sólida, sin caer en el juicio ni la imposición.

PSICÓLOGA VANINA CAPPA