ANSIEDAD Y ESTRES. La magia de la respiración

En la vida cotidiana, es común que las demandas sociales, los problemas familiares, las dificultades económicas, las responsabilidades escolares o laborales, y las preocupaciones sobre la salud, afecten nuestra salud mental. Estos factores pueden generar altos niveles de ansiedad y estrés, afectando no solo nuestra mente, sino también nuestro bienestar físico y emocional.

Una técnica efectiva y accesible es la práctica de la respiración consciente. La respiración es una herramienta poderosa que a menudo subestimamos, pero que puede ser clave para recuperar la calma y reducir la ansiedad en momentos de crisis.

¿Cómo funciona la respiración en la gestión del estrés?

La respiración tiene un vínculo directo con nuestro sistema nervioso. Cuando estamos ansiosos o estresados, nuestra respiración tiende a volverse superficial y rápida, lo que envía señales a nuestro cuerpo de que estamos en peligro. Esta respuesta automática puede intensificar la sensación de estrés y ansiedad.

Sin embargo, al aprender a respirar de manera lenta y profunda, podemos activar el sistema nervioso parasimpático, que es responsable de la relajación. Esto ayuda a reducir la frecuencia cardíaca, disminuir la presión arterial y, en general, calmar la mente y el cuerpo.

Ejercicio de respiración para manejar la ansiedad

  • Encuentra un lugar tranquilo: Siéntate o recuéstate en un lugar donde te sientas cómodo y no tengas distracciones.
  • Inhala profundamente: Cierra los ojos y comienza a inhalar lentamente por la nariz, llenando completamente tus pulmones. Trata de que la inhalación dure unos 4 segundos.
  • Sostén la respiración: Mantén el aire en tus pulmones durante 4 segundos.
  • Exhala lentamente: Libera el aire lentamente por la boca, durante unos 6 segundos. Siente cómo tu cuerpo se relaja a medida que sueltas la respiración.
  • Repite el proceso: Realiza este ciclo de respiración al menos 5 veces, o hasta que sientas que tu mente y cuerpo se han calmado.

Incorporar la respiración consciente en tu rutina diaria puede marcar una gran diferencia en cómo manejas el estrés y la ansiedad. Es una herramienta simple pero efectiva que puedes utilizar en cualquier momento y lugar, ya sea antes de un examen, durante una discusión o simplemente cuando sientas que las demandas de la vida se vuelven abrumadoras. Recuerda que, al igual que cualquier otra habilidad, la práctica constante mejora los resultados. Con el tiempo, podrás recurrir a la respiración consciente de manera automática, ayudando a proteger tu salud mental en el largo plazo.

PSICÓLOGA VANINA CAPPA