El estrés en la adolescencia puede originarse en diversos frentes: presiones académicas, cambios físicos y emocionales, expectativas sociales y familiares, entre otros. Asumir un rol activo en el desarrollo de habilidades para afrontar el estrés no solo es crucial para el bienestar emocional y psicológico de los jóvenes sino que también sienta las bases para una adultez saludable.
Entendiendo el estrés en la adolescencia
El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante desafíos o demandas. En la adolescencia, este se puede manifestar de múltiples maneras, incluyendo cambios de humor, irritabilidad, problemas de sueño, y alteraciones en el apetito. Comprender las causas subyacentes del estrés en los adolescentes es el primer paso para ayudarles a manejarlo efectivamente.
Causas comunes del estrés adolescente
Presiones académicas y expectativas de futuro: La preocupación por los exámenes, la selección de una carrera y las expectativas de éxito pueden ser abrumadoras.
Cambios físicos y emocionales: La pubertad trae consigo una tormenta de hormonas que afecta tanto el cuerpo como las emociones.
Conflictos familiares y de relaciones: Las disputas con padres, hermanos o amigos pueden generar una gran carga emocional.
Exposición a medios digitales y redes sociales: La comparación constante con otros y el acoso cibernético pueden impactar negativamente la autoestima y el bienestar emocional.
Estrategias de afrontamiento
El desarrollo de estrategias de afrontamiento eficaces es fundamental para gestionar el estrés. Estas habilidades no solo ayudan a los adolescentes a manejar sus desafíos actuales sino que también les preparan para enfrentar adversidades futuras.
- Técnicas de relajación y mindfulness para ayudarles a calmar su mente y reducir el estrés.
- Yoga y ejercicio físico: La actividad física regular es fundamental para la salud mental. El yoga, en particular, combina ejercicio con técnicas de respiración y meditación.
- Gestión del tiempo y organización: Priorización de tareas, ayudar a los adolescentes a aprender a priorizar tareas puede aliviar la sensación de sobrecarga.
- Técnicas de estudio efectivas: Enseñarles métodos de estudio más eficientes puede reducir su estrés académico.
- Comunicación: Fomentar una comunicación abierta y efectiva en casa y con sus pares puede mejorar sus relaciones y disminuir el estrés.
- Resolución de problemas: Enseñar a los adolescentes a abordar problemas de manera constructiva puede ayudarles a sentirse más en control.
- Establecimiento de límites saludables: Establecer límites saludables en torno al uso de dispositivos electrónicos y redes sociales es crucial.
- Aprender a decir no: Ayudar a los adolescentes a comprender que está bien rechazar peticiones o actividades que les generan estrés.
- Apoyo emocional y psicológico El papel de padres, cuidadores y educadores es fundamental en el apoyo emocional y psicológico de los adolescentes.
- Reforzamiento positivo: Celebrar sus logros y esfuerzos les ayuda a construir confianza en sí mismos.
- Fomento de la autonomía: Permitir que los adolescentes tomen decisiones y asuman responsabilidades les ayuda a desarrollar independencia y confianza.
Afrontar el estrés en la adolescencia requiere un enfoque multifacético que incluya la promoción de habilidades de afrontamiento saludables, apoyo emocional y psicológico, y la creación de un entorno de apoyo. Como padres, cuidadores y educadores, nuestro rol es esencial .
Podemos orientarlos en el desarrollo de habilidades para manejar el estrés eficazmente
El arte de manejar situaciones de estrés de manera efectiva depende en gran medida de tus propias acciones y actitud. Aquí te presentamos algunos pasos esenciales para abordarlo adecuadamente:
Analiza la situación: Dedica un momento para reflexionar profundamente sobre lo que estás enfrentando. Intenta resumir tu situación en una o dos oraciones. Pregúntate: ¿Qué aspecto de esta situación me está causando estrés actualmente? Registrar tus pensamientos por escrito puede ser esclarecedor.
Ejemplo: “Recientemente, mi familia se mudó, lo que me obligó a cambiar de escuela en mitad del año. Lo que encuentro particularmente estresante es no conocer a nadie aquí, extrañar a mis amigos antiguos y adaptarme a todas mis nuevas responsabilidades escolares”.Al identificar la situación, esfuérzate por aprender todo lo posible sobre ella: busca información o habla con otras personas que hayan vivido algo similar. Adquirir conocimiento te dará más confianza y te preparará mejor. Además, te recordará que no estás solo en esto.
Reconoce y nombra tus sentimientos
Aceptar cómo te sientes es crucial. Escribir sobre tus emociones también puede ser beneficioso.
Ejemplo: “Estoy frustrado/a por nuestro cambio de domicilio. Me siento raro por ser nuevo/a. Extraño a mis amigos de mi escuela anterior y me preocupa seguir el ritmo en matemáticas y ciencias sociales. Creo que muchos se sentirían igual en mi lugar”.
Mantén una perspectiva positiva (o realista)
Adoptar una actitud positiva puede evitar que te sientas atrapado o abrumado por la tristeza. Mejora tu habilidad para resolver problemas, una capacidad esencial en toda situación estresante. Una perspectiva positiva te permite ver las posibilidades de cada escenario, mientras que un enfoque negativo puede limitar tu visión. En lugar de desear que las cosas fueran diferentes, enfócate en lo que realmente está sucediendo. Esto te colocará en una posición más adecuada para aceptar la realidad.
Ejemplo: “Mis padres tienen trabajos aquí, por lo que volver a mi antigua escuela no es una opción”.
Evita concentrarte en lo negativo
No te quedes atrapado en sentimientos negativos ni pienses solo en los aspectos desfavorables de tu situación. Tienes poder sobre cómo reaccionas y enfrentas lo que tienes delante. Reemplaza pensamientos negativos como “No puedo manejar esto” con afirmaciones que te empoderen y estrategias de solución de problemas.
Ejemplo: “Otros han cambiado de escuela antes que yo y han superado el desafío. Sé que puedo manejar esta situación. Investigaré si hay talleres, actividades que me gusten en esta escuela similares a los de mi antigua escuela y me uniré a ellos”…
Toma Acción
Identifica aspectos de la situación estresante que puedas modificar. Ejemplo: “Puedo hablar con el compañero de al lado en la clase. Le pediré si podemos comparar apuntes y estudiar juntos, quizás así pueda hacer un nuevo amigo y mejorar en geografía”.
Busca apoyo
Encuentra a alguien con quien puedas hablar sobre lo que estás viviendo, ya sea un amigo cercano, un familiar, un profesor o un entrenador. Es reconfortante saber que alguien te comprende y se preocupa por lo que estás pasando. Rodéate de personas que te inspiren confianza, te hagan reír y te hagan sentir bien contigo mismo.
Cuida de ti mismo
El autocuidado es fundamental durante periodos de estrés. Si te sientes bien físicamente, estarás mejor equipado para manejar el estrés. Asegúrate de alimentarte de manera saludable, realizar actividad física diariamente y dormir lo suficiente. Dedica tiempo cada día para actividades relajantes, como yoga, baños tranquilos, jugar con una mascota, cocinar, caminar o escuchar música.
Valora los aspectos positivos
Intenta encontrar el lado bueno de tu situación y apreciar las cosas positivas en tu vida. Reflexiona diariamente sobre tres cosas por las cuales te sientes agradecido. La gratitud fomenta una actitud positiva y te ayuda a relativizar tus problemas.
Psicóloga Vanina Cappa