EJERCICIOS PARA MANEJAR LA ANSIEDAD

Cómo ayudar a tu hijo (o a ti mismo) a recuperar la calma

La ansiedad es una emoción natural que todos experimentamos en distintos momentos de la vida. En los niños y adolescentes, puede aparecer frente a exámenes, cambios, conflictos o incluso sin una causa clara. Lo importante no es eliminarla, sino aprender a reconocerla y manejarla de forma saludable.

A continuación, te comparto algunos ejercicios prácticos y efectivos para reducir la ansiedad y recuperar el  ideales para practicar en casa o en el aula.

 1. Respiración consciente

Invita al niño o adolescente a tomarse un momento para respirar despacio y con atención.
Ejercicio:

  • Coloca una mano en el pecho y otra en el abdomen.
  • Inhala por la nariz contando hasta 4.
  • Siente cómo el abdomen se infla como un globo.
  • Exhala por la boca lentamente, contando hasta 6.
    Repetir varias veces ayuda a que el cuerpo recupere la calma y el corazón vuelva a su ritmo normal.

 2. Enraízate en el presente

Cuando la ansiedad invade, la mente viaja al futuro o se queda en el “¿y si…?”. Este ejercicio ayuda a volver al aquí y ahora.
Ejercicio 5-4-3-2-1:

  • Observa 5 cosas que puedas ver.
  • Identifica 4 cosas que puedas tocar.
  • Escucha 3 sonidos a tu alrededor.
  • Reconoce 2 olores.
  • Piensa en 1 cosa que te haga sentir bien.
    Este sencillo ritual ayuda a conectar con el entorno y disminuir la sensación de amenaza.

 3. Usa el cuerpo para liberar tensión

El movimiento físico es una excelente herramienta para aliviar la ansiedad.

Ejercicio:
Sacudir las manos, estirarse como un gato, caminar unos minutos o bailar al ritmo de una canción relajante. El cuerpo necesita expresar lo que la mente siente; al moverse, se libera la tensión acumulada.

 4. Nombra lo que sientes

Poner en palabras lo que se siente es una forma de tomar el control.
Podés guiar con frases como:

  • “Siento miedo porque…”
  • “Estoy nervioso porque…”
    Al nombrar la emoción, deja de ser un monstruo invisible y se convierte en algo que puede comprenderse y gestionarse.

 5. Crea tu rincón de calma

Tener un espacio donde refugiarse unos minutos puede marcar la diferencia. Puede incluir música suave, un aroma agradable, un peluche, o frases que transmitan tranquilidad. Este lugar simboliza seguridad y ayuda al niño o adolescente a reconectarse con su centro emocional.

La ansiedad no define quién eres, ni quién será tu hijo o hija. Es una emoción que, bien comprendida, puede enseñarnos mucho sobre nuestras necesidades internas. Practicar estos ejercicios de forma regular fortalece la autoconfianza y el autocontrol emocional.

PSICÓLOGA VANINA CAPPA