Crecer y decidir con confianza… La adolescencia es una etapa de profundas transformaciones: el cuerpo cambia, las emociones se intensifican y las relaciones sociales cobran un nuevo significado. En medio de ese proceso, surgen preguntas que marcan el camino del autoconocimiento:
🔹 ¿Quién soy?
🔹 ¿Qué quiero para mi vida?
🔹 ¿Cómo me ven los demás?
Es justamente en medio de esta tormenta de transformaciones donde la autoestima juega un papel clave. No se trata de eliminar los conflictos ni de garantizar certezas absolutas, sino de ofrecer un punto de apoyo interno que ayude a tomar decisiones más conscientes, a sostenerse frente a los desafíos y a respetarse a uno mismo en el proceso de descubrir quién se es.
¿Qué entendemos por autoestima en la adolescencia?
La autoestima es la valoración que una persona tiene de sí misma: cómo se percibe, cuánto se acepta y cómo reconoce su propio valor. En la adolescencia, esta valoración suele tambalear debido a la búsqueda de identidad, los cambios físicos, el deseo de pertenecer y las exigencias externas.
Una autoestima saludable no significa sentirse bien todo el tiempo, sino poder reconocer tanto las fortalezas como las áreas en desarrollo sin que eso afecte el amor propio. Es confiar en uno mismo, aún en medio de la incertidumbre.
¿Por qué es tan importante fortalecerla en esta etapa?
Una buena autoestima funciona como una brújula interior. Ayuda al adolescente a:
Tomar decisiones más alineadas con sus valores e intereses.
Defender sus derechos y poner límites sanos.
Manejar críticas y frustraciones sin derrumbarse.
Cultivar vínculos más respetuosos y auténticos.
Desarrollar una identidad propia, sin depender de la mirada ajena.
Por el contrario, una autoestima frágil puede llevar a la desconexión emocional, la sobreexigencia, la búsqueda desesperada de aprobación o incluso a conductas de riesgo…
¿Cómo podemos acompañar?
El acompañamiento adulto es fundamental en este proceso. Algunas formas de nutrir la autoestima de los adolescentes son:
✅ Escuchar sin juzgar, mostrando interés genuino por lo que piensan y sienten.
✅ Validar sus emociones, aunque no se compartan sus decisiones.
✅ Reconocer sus logros y esfuerzos más allá del resultado.
✅ Fomentar la autonomía, permitiendo que tomen decisiones acordes a su edad.
✅ Brindar contención afectiva y límites claros que transmitan cuidado.
Como padres debemos tener presente que vínculos respetuosos, presencia emocional y espacios de escucha son cruciales ya que permitiría que nuestros adolescentes exploren su mundo interior con más confianza y libertad.
PSICÓLOGA VANINA CAPPA