ASERTIVIDAD Y AMISTADES

Amistades que suman: cómo construir vínculos sanos y sentirte bien con vos mismo…

Las amistades son una parte clave en la adolescencia. Con los amigos compartimos risas, secretos, momentos importantes y también dudas. Pero no todas las relaciones nos hacen sentir bien: a veces pueden surgir conflictos, inseguridades o la sensación de no encajar…
Aprender a construir vínculos positivos y cuidarte emocionalmente es una habilidad que se entrena, igual que un músculo.

1. ¿Qué hace que una amistad sea saludable?

Una amistad sana se basa en el respeto, la confianza y la libertad de ser vos mismo. No hay competencia ni presión por cambiar para gustar.
Los buenos amigos:

  • Te escuchan sin juzgar.

  • Se alegran por tus logros.

  • Te cuidan sin controlarte.

  • Te hacen sentir tranquilo, no confundido.

Si en una relación te sentís con miedo a equivocarte, a ser vos o a quedar afuera, tal vez sea momento de revisar si ese vínculo te está ayudando a crecer.

2. Ser asertivo: expresar sin herir, cuidar sin callar…

La asertividad es la capacidad de decir lo que pensás y sentís sin atacar ni quedarte callado.
Ser asertivo no es ser “duro” ni “frío”, sino comunicarte con respeto y claridad.

Ejemplos:

  • ❌ “Siempre hacés lo que querés, sos re egoísta.”

  • ✅ “Cuando decidís sin preguntarme, me siento dejado de lado. Me gustaría que lo hablemos.”

Ser asertivo te ayuda a poner límites, defender tus valores y proteger tu autoestima sin romper los lazos.

3. Protegerte emocionalmente también es quererte…

No todas las personas con las que te llevás bien merecen un lugar tan cercano. Tenés derecho a alejarte de quienes te hieren o te hacen sentir menos. Protegerte no significa ser egoísta: significa reconocer cuándo una relación te lastima y elegir cuidarte. Poner distancia es una forma de amor propio.

4. Cuando siento que no caigo bien…

A todos nos pasa alguna vez. No gustarle a todos no significa que haya algo mal en vos. Tu valor no depende de cuántos amigos tengas, sino de cómo te tratás a vos mismo. En lugar de intentar agradar, enfócate en ser genuino, amable y fiel a tus valores. Las personas correctas se van a quedar porque les gusta quién sos realmente.

5. Lo que podés hacer cuando algo no te gusta…

Cuando algo te molesta en una amistad:

  1. Respirá antes de reaccionar.

  2. Pensá qué sentís realmente (enojo, tristeza, decepción).

  3. Expresalo sin culpar: “Me dolió cuando no me invitaste, me hubiera gustado estar.”

  4. Escuchá al otro.

  5. Elegí si querés seguir o poner límites.

Comunicarte con calma y sinceridad evita que el enojo se acumule o explote después.

6. Cuando los amigos nos muestran algo que necesitamos cambiar…

A veces, los verdaderos amigos no solo están para acompañarnos, sino también para mostrarnos partes de nosotros que no siempre queremos ver. Puede doler cuando alguien nos dice que actuamos mal, que fuimos injustos o que hicimos algo que lastimó… pero si viene de un lugar de cariño y respeto, puede ser una oportunidad enorme para crecer.

Escuchar no significa aceptar todo lo que el otro diga, pero detenernos un momento, pensar y preguntarnos si hay algo que podemos mejorar.
Cambiar no te hace débil ni menos vos: te hace más consciente, más empático y más capaz de construir vínculos genuinos.

Las amistades que valen la pena son esas donde ambos se ayudan a ser mejores personas. Porque crecer juntos también es una forma de quererse..

Reflexión final

Construir amistades sanas no se trata de tener muchos amigos, sino de rodearte de personas que te sumen, te respeten y te inspiren a ser mejor.
Y recordá: la relación más importante que vas a tener en tu vida es la que tenés con vos mismo. Cuando te tratás con respeto y empatía, atraés vínculos que reflejan eso mismo.  

PS. VANINA CAPPA