MINDFULNESS EN NIÑOS

¿Qué es el mindfulness y cómo actúa en el cerebro infantil?

El mindfulness, o atención plena, es una práctica que entrena al cerebro a enfocarse en el presente con una actitud de calma y aceptación. Cuando los niños lo practican, activan su corteza prefrontal, una zona del cerebro clave en la regulación de emociones, la toma de decisiones y el control de impulsos.

A través de ejercicios breves y adaptados a su edad, los niños aprenden a identificar lo que sienten sin reaccionar de forma impulsiva, lo cual tiene efectos positivos a corto y largo plazo.

Beneficios comprobados del mindfulness en la infancia:

✔️ Reducción del estrés y la ansiedad: Ayuda a calmar el sistema nervioso y disminuye la reactividad emocional.

✔️ Mejora de la atención y la memoria: Favorece la concentración en tareas escolares y cotidianas.

✔️ Aumento del autocontrol: Enseña a pausar antes de actuar, facilitando respuestas más reflexivas.

✔️ Fomento del bienestar emocional: Promueve un estado general de calma, seguridad y autoestima.

✔️ Fortalecimiento de la resiliencia: Les da herramientas internas para afrontar situaciones difíciles.

¿Cómo comenzar con mindfulness en casa?

Lo más valioso del mindfulness es que no requiere sesiones extensas ni conocimientos previos. Bastan 2 a 5 minutos al día para empezar a ver resultados. Aquí algunas ideas simples para iniciar:

  • Respirar profundamente juntos, contando hasta 4 al inhalar y 4 al exhalar.
  • Observar sonidos o sensaciones por 1 minuto con los ojos cerrados.
  • Escuchar una meditación guiada corta adaptada para niños.
  • Hacer un “escáner corporal” para reconocer tensiones y relajarlas.
  • Un momento diario de conexión y calma

Incorporar el mindfulness como parte de la rutina familiar no solo ayuda a los niños a autorregularse, también fortalece el vínculo emocional entre padres e hijos. Estos pequeños momentos de presencia compartida pueden convertirse en una poderosa herramienta de crianza consciente.

Actividades para Calmar y Enfocar a los Niños (en solo minutos)

Escucha el sonido hasta el final

Toca un cuenco tibetano, una campanita o incluso una cuchara contra un vaso.

Invita al niño a cerrar los ojos y levantar la mano cuando ya no escuche el sonido.

Beneficio: Mejora la concentración y la atención plena al momento presente.

 La danza del papel

Dale al niño un pedazo pequeño de papel liviano (como papel seda o servilleta).

Que lo haga “bailar” soplando suavemente para mantenerlo en el aire.

Beneficio: Regula la respiración y enfoca la mente de manera lúdica.

Respiración de tortuga

Pídele que se recueste, cierre los ojos y coloque un peluche sobre su abdomen.

“Respira como una tortuga”: lento y profundo, observando cómo sube y baja el peluche.

Beneficio: Activa el sistema de calma y reduce la ansiedad.

Escáner corporal con lluvia imaginaria

Guíalo con voz suave: “Imagina una lluvia suave cayendo sobre tu cuerpo, desde la cabeza hasta los pies…”

Nombra cada parte del cuerpo y pídele que note cómo se siente.

Beneficio: Ayuda a relajar tensiones físicas y emocionales.

Paseo de atención plena

En una caminata breve, invítalo a notar:

3 cosas que ve

2 cosas que escucha

1 cosa que puede tocar

Beneficio: Desarrolla el foco y calma la mente conectando con el entorno.

Con solo unos minutos al día, puedes ayudar a tu hijo a reconectarse con su calma interior.

PSICÓLOGA VANINA CAPPA