LÍMITES CON AMOR: la base de la confianza

En la crianza, muchas veces interpretamos que nuestros hijos nos desafían porque quieren manipularnos, probarnos o rebelarse. Sin embargo, la realidad es diferente: no siempre están probando límites, a veces buscan un lugar seguro donde sentirse contenidos.

¿Qué significa cuando un niño repite una conducta “límite”?

Cuando un niño insiste una y otra vez en hacer algo que sabe que no está permitido, en realidad está formulando una pregunta en silencio:
👉 “¿Puedo confiar en que me seguirás cuidando, incluso cuando te digo que no con mi comportamiento?”

No se trata de desobediencia malintencionada. Se trata de un cerebro en desarrollo que todavía necesita apoyo externo para autorregularse.

La mirada de la neuropsicología

La ciencia nos muestra que el cerebro infantil aún no tiene completamente desarrollada la corteza prefrontal, la zona encargada del autocontrol y la planificación. Por eso, los niños y niñas dependen de la presencia firme y calmada de los adultos para aprender a manejar sus emociones.

Cuando el adulto sostiene un marco seguro y predecible:

  • La amígdala (centro de alarma emocional) se calma.

  • La corteza prefrontal (autocontrol, reflexión) se fortalece.

De esta manera, cada límite claro y coherente se convierte en un recordatorio de que el niño no está solo en su tormenta emocional.

No es decir siempre “sí”, es aprender a sostener el “no”

Poner límites no significa autoritarismo, ni mucho menos frialdad. Los niños necesitan escuchar un “no” sereno, firme y afectuoso, porque ahí encuentran la señal de que alguien los cuida y los contiene.

🔹 Cuando decimos “no” con calma, transmitimos seguridad.
🔹 Cuando mantenemos la coherencia, ofrecemos estabilidad.
🔹 Cuando lo hacemos con vínculo, enseñamos amor.

Claves para acompañar desde la seguridad

  1. Mantener la calma: tu tono de voz y tu postura transmiten más que las palabras.

  2. Ser coherente: los límites cambian cuando son flexibles al estado de ánimo del adulto; por eso, lo predecible es clave.

  3. Ofrecer contención: un abrazo o una explicación breve pueden reforzar que el límite existe por amor y cuidado.

✨ Recordemos: los niños no buscan desafiar nuestro amor, buscan confirmarlo. Cuando sostenemos un límite desde la calma y la conexión, les damos el mensaje más poderoso: “Aquí estás seguro, pase lo que pase”.

PSICÓLOGA VANINA CAPPA