NIÑOS IMPULSIVOS. Qué hacer cuando tu hijo se comporta de forma impulsiva

La impulsividad en los niños es una conducta común durante el desarrollo, especialmente en las etapas tempranas. Sin embargo, cuando esta conducta se vuelve frecuente y genera conflictos en casa, la escuela o con otros niños, es importante saber cómo manejarla.

¿Qué es la impulsividad infantil?

Un niño impulsivo actúa sin pensar en las consecuencias. Puede interrumpir constantemente, tener explosiones emocionales, tomar decisiones arriesgadas o mostrar dificultad para esperar su turno. Esto no significa necesariamente que tenga un trastorno, pero sí indica que necesita apoyo para aprender a autorregularse.

¿Por qué mi hijo es impulsivo?

La impulsividad puede estar relacionada con varias causas:

Etapa de desarrollo: Es normal que niños pequeños aún no controlen bien sus emociones y comportamientos.

Estilo de crianza: La falta de límites claros o una disciplina excesiva pueden influir en la conducta impulsiva.

Ambiente sobreestimulante o estresante: Cambios familiares, exceso de pantallas o rutinas desorganizadas afectan el autocontrol.

Dificultades emocionales o del neurodesarrollo: En algunos casos, puede haber un diagnóstico como TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad).

Señales de impulsividad en niños

Algunas conductas que pueden indicar impulsividad incluyen:

  • Interrumpe constantemente a los demás.
  • Tiene dificultad para esperar su turno.
  • Reacciona de forma exagerada ante frustraciones.
  • Cambia de actividad sin terminar lo que empezó.
  • Se arriesga sin medir peligros (correr en la calle, trepar sin cuidado, etc.).

¿Qué hacer con un niño impulsivo?

A continuación, te compartimos estrategias prácticas para manejar la impulsividad infantil:

  1. Establece rutinas claras

Los niños impulsivos se benefician de un ambiente predecible. Una rutina estructurada les ayuda a sentirse seguros y a saber qué esperar en cada momento del día.

  1. Enseña habilidades de autorregulación

Ayúdale a identificar sus emociones y a expresarlas con palabras. Frases como: “Estás enojado, ¿quieres respirar profundo conmigo?” le enseñan a frenar antes de reaccionar.

  1. Usa el refuerzo positivo

Reconoce y celebra cada vez que tu hijo logra esperar, controlar un impulso o expresar lo que siente sin estallar. Esto refuerza su conducta adecuada.

  1. Pon límites firmes y amorosos

No se trata de castigar, sino de marcar límites con claridad. Por ejemplo: “No es momento de gritar. Si necesitas algo, dímelo con calma y te escucho”.

  1. Reduce estímulos innecesarios

Evita la sobreexposición a pantallas, ruidos fuertes o situaciones caóticas. Un ambiente tranquilo facilita el autocontrol.

  1. Enséñale estrategias de espera

Puedes usar juegos como “Simón dice” o “La estatua” para practicar el autocontrol de manera divertida.

  1. Sé su ejemplo

Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que oyen. Si tú gestionas tus emociones con calma, ellos aprenderán a hacer lo mismo.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Si notas que la impulsividad de tu hijo interfiere con su aprendizaje, relaciones o autoestima, es recomendable consultar con un psicólogo infantil. Un profesional podrá evaluar si existe alguna condición subyacente como TDAH y orientarte con un plan de intervención adecuado.

La impulsividad en los niños no es un “problema” sin solución, sino una oportunidad para educar con paciencia, empatía y límites claros. Con las estrategias adecuadas y el acompañamiento necesario, tu hijo puede desarrollar habilidades para autorregularse y relacionarse mejor con su entorno.

PS. VANINA CAPPA