NIÑOS QUE NO SE DEFIENDEN… ¡Enséñales cómo!

Hay niños que, ante una burla, un empujón o una injusticia, simplemente se quedan callados. No reclaman, no se quejan, no se defienden. Y esto no significa que no les duela o que no se den cuenta. Muchas veces, no saben cómo reaccionar o no se sienten capaces de hacerlo.

Como adultos, podemos sentir frustración, tristeza o incluso enojo al ver que nuestros hijos no se defienden. Pero en lugar de presionarlos o etiquetarlos como “débiles” o “sumisos”, es clave entender qué hay detrás de ese comportamiento y acompañarlos a desarrollar habilidades de autodefensa emocional y social.

 ¿Por qué algunos niños no se defienden?

Existen diversas razones por las que un niño puede no defenderse ante una situación injusta o incómoda:

  • Falta de herramientas emocionales o verbales
  • Temor a empeorar el conflicto
  • Baja autoestima o inseguridad
  • Modelos pasivos en casa
  • Experiencias previas de rechazo al intentar defenderse

Lo importante es no asumir que el niño “es así” y punto. Todos los niños pueden aprender a expresarse y a poner límites, si se sienten acompañados, comprendidos y guiados.

 ¿Qué significa “enseñar a defenderse”?

Defenderse no es pelear, ni gritar, ni responder con agresión. Defenderse es saber decir lo que uno siente, poner límites claros y cuidarse sin dañar al otro. Es una habilidad social y emocional fundamental para la vida.

HABILIDADES para enseñar a un niño a defenderse con respeto y firmeza:

  1. Dale frases que pueda usar. Muchas veces los niños no saben qué decir. Ayúdale con frases cortas y claras como:

– “No me gusta eso”

– “No quiero jugar así”

– “Eso me hace sentir mal”

– “Déjame en paz, por favor”

Practícalas juntos, usando el juego como herramienta.

  1. Valida sus emociones

Si se siente herido o confundido por una situación, no minimices ni le digas que “no fue para tanto”. Escúchalo, nómbrale lo que siente y hazle saber que está bien defenderse sin culpa.

  1. Modela con tu propio ejemplo

Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que escuchan. Si tú pones límites con respeto, si te expresas con claridad y sin miedo, tu hijo aprenderá a hacer lo mismo.

  1. Crea espacios seguros para practicar

Los juegos de rol, los cuentos y los títeres son grandes aliados para ensayar cómo reaccionar en diferentes situaciones. Así el niño gana seguridad sin estar bajo presión.

  1. Refuerza su autoestima día a día

Un niño que se siente valorado, escuchado y respetado en casa, tiene más recursos para hacerlo también fuera de casa. Celebra sus avances, aunque sean pequeños.

 No lo obligues a defenderse, acompáñalo a aprender cómo. La clave no está en empujar al niño a enfrentarse sin preparación, sino en construir poco a poco esa confianza y dotarlo de herramientas. Cuando un niño aprende a defenderse, no solo se protege de situaciones difíciles, sino que refuerza su identidad y su autoestima.

 

Enseñar a defenderse es un acto de amor. Es decirle con acciones:

 “Tú importas. Tus sentimientos son valiosos. Mereces ser tratado con respeto.”

 Ps. Vanina Cappa